lunes, 25 de febrero de 2013

Fragmentos unidos de diferentes blocs de notas


Crece el ombligo en noche de luna
y el lobo aúlla, y te asusta
no podés escapar, dejate mecer
no podés correr, empezá a soñar.

En el cielo hay goteras
son las lágrimas de la luna,
ella se esconde de los engaños de la noche
y los caprichos del niño en la cuna
duerme de día, llora de noche.

Y solo los suspiros del silencio
son cascabeles en tus oídos
hoy el frío se esconde temprano
y el sol te despertará.

Y que un escalofrío juegue con tu sensibilidad
pero que no te mientan tus emociones,
algún monstruo tendrá sus razones
pero nadie limita tu capacidad.

domingo, 24 de febrero de 2013

Pies(es)

Para esos pies que no pisan, que flotan entre la nada y la eternidad, que sueñan tocar el cielo y abrazar otros pies un día de invierno. Para esos pies que se escapan para dejarnos mal parados en algunas ocasiones.


viernes, 22 de febrero de 2013

Creo que es un sueño más

Era una noche fresca de verano. Se escuchaban las cigarras cantar y los autos que pasaban cerca de la avenida. Aún así lejos de esos ruidos estaba él, acostado sin poder dormir. Con la luz apagada y una invasión de pensamientos aterradores para él y para quién los pudiese escuchar, esperaba que el sueño tocara su puerta de una vez por todas. En su boca una espantosa sensación. Le incomodaba esa aridez y cada vez que la lengua rozaba su paladar. Se levantó y se puso sus pantuflas. Tenía un objetivo fijo en su cabeza. No quería dispersarse entre sus pensamientos turbios, así que susurrando repetía "tomar agua y dormir, tomar agua y dormir...". Era desesperante verlo bajar las escaleras, esa enorme posibilidad de caerse a oscuras y sus pantuflas que patinaban en cada escalón. En ese momento comenzó a dudar de la necesidad de refrescarse pero ya era demasiado tarde, estaba más lejos que cerca de su cama y aún quedaban escalones por bajar. "Si hubiese bajado en medias correría menos riesgo" refunfuñaba su cabeza, que no veía la hora de tocar el suelo firme anhelando la seguridad de estar seguro. No recordaba tan largas las escaleras, tampoco estaba contando los escalones pero tenía la certeza hace varios pasos que ya tendría que estar por los últimos. Y cuando comenzó a agotarse vio una luz amarillenta, extraña, y desconocida en medio de tanta oscuridad. Su corazón comenzó a palpitar fuerte, sutilmente unas gotas de sudor frío corrían por su espalda, provocando un escalofrío cargado de tensión, porque se sentía tensión en el ambiente... él estaba estático observando la luz sin entender qué estaba pasando, perdió el hilo de cordura que sostenía escalones atrás, lo perdió en medio de la oscuridad y no lo podía encontrar, porque la luz era demasiado tenue para alumbrar, demasiado misteriosa para entender y demasiado amarilla para su cabeza azul. Decidió cargarse de valor, era un hombre con pantuflas y pensamientos turbios de noche fresca de verano, no podría existir cosa que supere la humillación que sentía al verse tan débil (y no poder verse). Firme pisó el siguiente escalón, con seguridad y precisión, y piso el siguiente un poco más rápido, y al siguiente ya empezó a mostrar desconfianza, y casi corriendo siguió bajando, su boca cada vez estaba más seca, y su espalda más húmeda. "Por qué no prendí la luz?" pensó... y pensó... y pensó por qué no había prendido la luz... y pensó por qué estaba usando pantuflas si nunca en su vida las compró... y pensó también por qué estaba bajando escaleras si vivía en la planta baja de un departamento.

jueves, 21 de febrero de 2013

Penélope


Penélope disfrutaba de su soledad. Vivía en la luna, en el cráter número 399. No había muchos habitantes en su hábitat, cuando apenas era una pequeña lunática, hubo un éxodo lunar, la mayor parte de la población se fue a Marte, se corría el rumor de una invasión terrestre, y hubo una gran movilización. Penélope quedó sola, en ese cráter, del que solo salía en cuarto creciente para admirar el universo, contar estrellas, y sentirse tan inmensa y diminuta a la vez. Admiraba el resplandor de la luna, todas las noches hundía sus manos en el suelo para sentir la energía corriendo por el interior.
No conocía el odio, no conocía el amor, surgían sentimientos de apego hacia la Luna porque al sentirse tan sola ella era su única amiga, su unica fuente de lo que ella creía que era felicidad, porque era lo único que conocía. En Luna llena bailaba moviendo sus brazos, sus antenas, sus largas piernas por toda la superficie, hasta que un día de esos un extraño vehículo se posó sobre su cráter, perturbando su bienestar. Percibía artificialidad sobre la Luna, lo cual le molestaba muchísimo. Sorprendida, y un poco asustada, se escondió tras una roca a observar cada movimiento de esta especie de nave. Una compuerta se abrió y de ahí un extraño ser se asomó. Pisó con desconfianza la Luna de Penélope, y poco a poco se fue desenvolviendo con movimientos torpes.
Penélope absorta, no salía de su asombro, ni de esa roca. Ese ser, que resultaba ser un hombre, un astronauta, llevaba consigo extraños aparatos, que Penélope desconocía. "Un amigo vino del universo a visitarme, se acordaron que existo!!", pensó Penélope mientras con cautela y sigilio se deslizaba tras el hombre. "Invade mi tierra, y encima me ignora" meditó la lunática luego de bailar frente a ese casco con sus largas piernas, dignas de cualquier diosa, de cualquier reina. En vano sus técnicas de seducción, que naturalmente surgían de su interior. El hombre no le prestaba atención. Penélope se acercaba, susurraba a su oído "se que existís, y no sos un sueño", "sos un sueño?", "existís?", "tan frágil es mi locura?", "sos un engaño más del universo...", y se dio por vencida.
Pasaron unos días, y Penélope enloquecía más de amor por él. Era la primera vez que sentía algo más real, era más real que una caída, y estaba enfrente suyo ignorandola. Decidió, escaparse al otro extremo de la luna, supuso que este visitante en algún momento debía irse. Cuarto menguante, luna nueva, cuarto creciente, admiró el universo como de costumbre pero con nostalgia, y Penélope volvió y lo vio. Renacieron todos esos sentimientos extraños que ella sentía por primera vez, y que pretendía olvidar alejándose de él. Se deslizó para abrazarlo, y tener contacto con él, hasta que desapareció. El hombre apenas sintió su pasar, era algo extraño e inexplicable para él. No se hizo polvo, no se hizo cenizas, simplemente desapareció. Encontró la luz al final del tunel que había perdido hace tanto tiempo, y se había olvidado. Ella fue luz. Ella fue olvido.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Paralelismo y paravos.


Hay un mundo paralelo en los ojos del que no vive, del que no sueña, del que vive pensando y haciéndose problemas. Hoy a vos te toca soñar con mi realidad, la que no descansa de volar, y cuenta hasta 100 para salir a buscarte.
Y si en la ventana de mi colectivo te reflejás, espero que mires detrás del vidrio, que de seguro mis ojos te están sonriendo.



Sr Kioskero


Con tu turbante hecho migas, mi turbina echa rayos, y tu mirada techó mis impopularidades.
Nos miramos, viste, se irizó nuestro sentido.
Fue todo un segundo de mierda, un momento incómodo por ser extraño.
En un intercambio tan primitivo y no tanto se cerró nuestro pacto.
Te vas, te fuiste, y lo vas a hacer siempre, con más o menos de mi.
Y mientras tanto yo sigo satisfaciendo clientela, vos caminás echando humo.
Mirás para atrás pero ya tantos obstáculos nos dividen
No se si te espero , te espero, quizá te espere, no se.
Si algo concreto existe es la incertidumbre de vos.
Arrastrando dos kilos de papas y monedas
dejando miradas atrás, y reproches en tu cabeza.
que se yo pensé, quizá sirva de algo el bonobón de tu bolsillo.

martes, 19 de febrero de 2013

El señor del banco

Qué dirán tus ojos pequeño ser, que no saben de andar acompañados. 
Te adornan los azulejos en blanco y negro, más de eso no existe a tu alrededor,
sólo vos, el banco, y el amargo sabor de la nostalgia en tu boca.


Línea A - Plaza de Mayo


La lógica de tus ojos.


- qué tienen tus ojos que los mios no ?
- un ifinito, un infinito al cuadrado
Qué tan lindo sería ser parte de la profundidad de sus ojos, nada más que vos, el infinito, y las estrellas viajando por las nubes.
- no me asustes
- hace muchos años... dos aborígenes adolescentes habrán tenido esta conversación ? Porque la luna siempre estuvo, y las nubes siempre estuvieron, sería egoísta decir que esta conversación es única - suspiró por un momento - me da asco pensar que la civilización en la que vivimos y de la que estamos acostumbrados está manchada de sangre...
- todo forma parte de la historia, el pasado justifica el presente, y el presenta va a justificar el futuro
- ves ! no entendés nada...
- pero ...
- no te banco.
Nunca me bancó, pero uno no puede enredarse en pensamientos que divaguen nuestra existencia, todo es  real, y nada puede cambiarlo.
- Me hacés pensar que...
- pensás? realmente lo estás haciendo en este momento?
- que tus ojos...
- ah, mis ojos, sí, que tienen?
- un inifito, un infinito al cubo...
- no podría haber nada triangular en mis ojos, son 2, cada uno es independiente de sí, si me tapo el derecho veo un dragón en el techo de este lugar
- estamos en el río
- no ridiculices todas mis palabras, gil, que para vos un techo sea algo material concreto no significa que para mi lo sea
- no entiendo
- Ayyyy !! cómo te podés conformar con lo que entendés? un techo para vos es una chapa haciendo equilibrio sobre dos columnas, yo no me conformo con eso, la RAE no sabe nada, tiene existir algo más que el simple equilibrio arquitectónico, entendes? tiene que haber algo más profundo
- como tus ojos...
- más profundo, más como si techo fuera todo lo que ves cuando mirás al punto que la gravedad no permita llegar con tus pies...
- no me hagas pensar, estoy re loco
- no entendés la luna, no entendés mi techo, no entendés nada
- cuando vivamos juntos podemos vivir de cabeza
Pero no me estaba escuchando, y no es la primera vez que me siento ignorado, y sería estúpido caer en su filosofía tan vulgar y sería tan estupido en caer en algún tipo de contacto físico con ella, que siempre va a terminar ignorandome