viernes, 22 de febrero de 2013

Creo que es un sueño más

Era una noche fresca de verano. Se escuchaban las cigarras cantar y los autos que pasaban cerca de la avenida. Aún así lejos de esos ruidos estaba él, acostado sin poder dormir. Con la luz apagada y una invasión de pensamientos aterradores para él y para quién los pudiese escuchar, esperaba que el sueño tocara su puerta de una vez por todas. En su boca una espantosa sensación. Le incomodaba esa aridez y cada vez que la lengua rozaba su paladar. Se levantó y se puso sus pantuflas. Tenía un objetivo fijo en su cabeza. No quería dispersarse entre sus pensamientos turbios, así que susurrando repetía "tomar agua y dormir, tomar agua y dormir...". Era desesperante verlo bajar las escaleras, esa enorme posibilidad de caerse a oscuras y sus pantuflas que patinaban en cada escalón. En ese momento comenzó a dudar de la necesidad de refrescarse pero ya era demasiado tarde, estaba más lejos que cerca de su cama y aún quedaban escalones por bajar. "Si hubiese bajado en medias correría menos riesgo" refunfuñaba su cabeza, que no veía la hora de tocar el suelo firme anhelando la seguridad de estar seguro. No recordaba tan largas las escaleras, tampoco estaba contando los escalones pero tenía la certeza hace varios pasos que ya tendría que estar por los últimos. Y cuando comenzó a agotarse vio una luz amarillenta, extraña, y desconocida en medio de tanta oscuridad. Su corazón comenzó a palpitar fuerte, sutilmente unas gotas de sudor frío corrían por su espalda, provocando un escalofrío cargado de tensión, porque se sentía tensión en el ambiente... él estaba estático observando la luz sin entender qué estaba pasando, perdió el hilo de cordura que sostenía escalones atrás, lo perdió en medio de la oscuridad y no lo podía encontrar, porque la luz era demasiado tenue para alumbrar, demasiado misteriosa para entender y demasiado amarilla para su cabeza azul. Decidió cargarse de valor, era un hombre con pantuflas y pensamientos turbios de noche fresca de verano, no podría existir cosa que supere la humillación que sentía al verse tan débil (y no poder verse). Firme pisó el siguiente escalón, con seguridad y precisión, y piso el siguiente un poco más rápido, y al siguiente ya empezó a mostrar desconfianza, y casi corriendo siguió bajando, su boca cada vez estaba más seca, y su espalda más húmeda. "Por qué no prendí la luz?" pensó... y pensó... y pensó por qué no había prendido la luz... y pensó por qué estaba usando pantuflas si nunca en su vida las compró... y pensó también por qué estaba bajando escaleras si vivía en la planta baja de un departamento.

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